¿Oposición moralmente derrotada o sociedad derrotada?
La oposición moralmente derrotada: una estrategia propagandística compartida
MÉXICOTRUMPINTERNACIONALNACIONAL


En el discurso político contemporáneo, las frases simbólicas son armas poderosas. Una que resuena en múltiples latitudes es la declaración de que “la oposición está moralmente derrotada”. Vladimir Putin en Rusia, Donald Trump en Estados Unidos y Andrés Manuel López Obrador en México han usado, de una u otra forma, esta narrativa para consolidar su poder y deslegitimar a sus detractores. Aunque cada uno opera en contextos políticos y culturales distintos, el manejo de esta idea muestra patrones claros de propaganda política y control de masas.
Cuando un gobernante declara que la oposición está moralmente derrotada, no solo establece una narrativa de superioridad, sino que también busca reducir la credibilidad y el apoyo a sus adversarios. Este tipo de discurso funciona como un mensaje doble: por un lado, fortalece la confianza entre los seguidores del líder, reafirmando su superioridad moral; por otro, desanima a los opositores al pintar su causa como inviable o sin rumbo.
En Rusia, Vladimir Putin ha utilizado estrategias similares al etiquetar a los opositores como agentes extranjeros o traidores. Este marco narrativo refuerza la percepción de que el Kremlin es el único guardián de los intereses nacionales. Donald Trump, durante su mandato, utilizó la narrativa del “Estado profundo” para desacreditar a sus críticos y consolidar la lealtad de su base. Andrés Manuel López Obrador, en México, ha recurrido a la frase de la “derrota moral” de sus opositores como parte de un discurso polarizador que presenta a su movimiento como el único agente de cambio.
El enfoque de estos líderes encuentra resonancia en las estrategias de propaganda de Joseph Goebbels, quien destacó la importancia de la repetición para consolidar un mensaje. La idea de que la oposición está moralmente derrotada se convierte en una verdad socialmente aceptada cuando se repite con suficiente frecuencia en los medios de comunicación y en los discursos oficiales. Antonio Gramsci también ofrece una clave para entender este fenómeno. Su concepto de hegemonía cultural describe cómo las élites dominan no solo los aspectos políticos, sino también el discurso moral e intelectual de una sociedad. Al posicionar a sus opositores como careciendo de valores, estos líderes consolidan su control no solo sobre las instituciones, sino también sobre el imaginario colectivo.
Más allá de la teoría, estas estrategias tienen efectos tangibles en la psicología de las masas. Declarar moralmente derrotada a la oposición genera una sensación de inutilidad entre los críticos del régimen, lo que disminuye su capacidad de movilización. A la vez, refuerza los sesgos de confirmación entre los simpatizantes del líder, quienes ven estas afirmaciones como pruebas de su superioridad moral. En el caso de Putin, esta narrativa ha facilitado la desmovilización de movimientos democráticos al etiquetarlos como cómplices de intereses extranjeros. Trump logró polarizar a Estados Unidos con una narrativa que presentaba a sus críticos como parte de un complot corrupto. En México, el discurso de AMLO busca consolidar una división tajante entre su movimiento y una élite supuestamente corrupta.
Aunque operen en contextos diferentes, Putin, Trump y López Obrador comparten una comprensión instintiva del poder de la propaganda. Al deslegitimar moralmente a sus opositores, no solo consolidan su base de apoyo, sino que también moldean el panorama político a su favor. Este patrón nos recuerda que la batalla política no se libra solo en las urnas, sino también en el terreno de las ideas y percepciones. Si algo nos enseñan estas estrategias, es la importancia de cuestionar las narrativas predominantes y de mantener un espacio crítico frente a discursos que buscan dividir para conquistar. En una era donde la información es poder, la propaganda sigue siendo una herramienta universal para moldear la realidad política.
#Lesdijo1loco
Respuesta a los comentarios:
¿Por que sigues comparando a AMLO con todos en lugar de a Claudia?
Por que las acciones de Claudia me dicen que sigue gobernando AMLO, cuando se quite los lastres y empiece a gobernar comodamente, empezaré a analizar a Claudia, en estos momentos es infructifero.