¿Drones espías de la CIA en México? Una violación a nuestra soberanía
La reciente revelación de que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos ha estado utilizando drones espías en el espacio aéreo mexicano abre una serie de interrogantes que no pueden ser ignoradas. Más allá del pretexto de la lucha contra el crimen organizado, este hecho plantea una cuestión fundamental: ¿no es esto una violación directa a nuestra soberanía nacional?
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Por Miguel Ángel Díaz Juárez
Un viejo patrón de intervención
Estados Unidos tiene un largo historial de intervenciones encubiertas en América Latina. Desde la financiación de golpes de Estado hasta la infiltración de sus agencias de inteligencia en los asuntos internos de otras naciones, el modus operandi es claro: el pretexto siempre es la seguridad, pero el trasfondo es el control geopolítico.
México, pese a su relación comercial y diplomática con Estados Unidos, no debería ser la excepción a la regla de respeto mutuo entre naciones soberanas. Sin embargo, el uso de drones espías sin consentimiento explícito del gobierno mexicano parece indicar que Washington sigue viéndonos como un patio trasero donde puede operar a discreción.
¿Seguridad o intromisión?
La lucha contra el narcotráfico ha sido la excusa perfecta para justificar intervenciones extranjeras en territorio mexicano. Desde la fallida Iniciativa Mérida hasta el polémico operativo Rápido y Furioso, las estrategias estadounidenses han demostrado ser más problemáticas que efectivas. Ahora, con el uso de drones de espionaje, la narrativa se repite: "vigilancia para combatir al crimen".
Según un informe publicado por CNN el 18 de febrero de 2025, funcionarios actuales y anteriores del gobierno estadounidense confirmaron que la CIA ha estado operando drones MQ-9 Reaper sobre territorio mexicano para espiar a los cárteles de la droga. Estas operaciones fueron notificadas al Congreso de EE.UU. como parte de un programa encubierto, el cual la CIA pretende mantener en secreto o negar públicamente.
Estos drones, utilizados en operaciones antiterroristas en zonas de conflicto como Somalia y Yemen, poseen tecnología avanzada de vigilancia, con sensores infrarrojos y cámaras de alta resolución capaces de captar imágenes a kilómetros de distancia. Aunque en esta misión no están armados, su capacidad de ataque ha generado preocupación sobre el riesgo de que EE.UU. decida unilateralmente intervenir en suelo mexicano.
Las reacciones en México
Ante la filtración de esta información, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, fue cuestionada sobre el tema y desestimó las acusaciones, calificándolas como "parte de esta campañita". Sin embargo, su gobierno no ha negado ni confirmado la existencia de un acuerdo con EE.UU. que permitiera estos sobrevuelos.
Por otro lado, sectores de la oposición han exigido una postura más firme ante lo que consideran una violación inaceptable de la soberanía nacional. Legisladores han pedido al gobierno federal transparencia y respuestas sobre la presencia de drones espías en el país.
¿Y el gobierno mexicano?
La respuesta del gobierno federal será clave en este asunto. Si bien la cooperación internacional en seguridad es importante, también lo es la defensa de nuestra autonomía. México no puede permitir que se normalice la idea de que cualquier potencia extranjera pueda operar en nuestro espacio aéreo sin consecuencias.
La pregunta que todos deberíamos hacernos es: ¿cómo respondería Estados Unidos si detectara drones mexicanos volando sobre su territorio sin permiso? La respuesta es evidente.
Si la soberanía significa algo, este caso no puede quedar en la indiferencia. México debe exigir explicaciones y, sobre todo, garantías de que su espacio aéreo no es un territorio sin ley para la inteligencia extranjera.
"Noticias al Díaz, analizando la noticia como nadie"






Dron MQ-9 REAPER, CON CAPACIDAD DE SER NODRIZA DE UN ENJAMBRE DE DRONES MORTALES.